viernes, 17 de enero de 2014

EDUCACIÓN SOBRE LA VIDA

Todavía hoy en día se obliga a los jóvenes a hacer lo que los adultos quieren que hagan.
Eso es como condenarlos a vivir una vida que no les pertenece porque no pueden controlarla.
Lamentablemente esto sucede cada día: no poder cumplir tus sueños por tener que cumplir los de otros.
A veces es bueno saltarse las normas, romper con las tradiciones y crear otras nuevas.
Vivimos en pleno siglo XXI, creemos, como decía Keating, a libres pensadores. Jóvenes independientes que puedan estudiar, trabajar y realizar actividades que ellos quieran.
La enseñanza de aquellos tiempos me recuerda un poco a la de ahora. "Las cosas son así porque siempre se hicieron así". Dentro de unos años viviremos en una sociedad donde todos seremos iguales y lo peor, que todos pensaremos igual. La sociedad es como un círculo donde todos caminamos hacia el mismo lado, por suerte hay gente que no se conforma, que saben lo que quieren, y lo más importante, que caminan al contrario que todos.
Debemos prepararnos para la vida que nos espera más allá de los muros de nuestra casa o del instituto, pero cada uno debe elegir qué camino tomar.
Podemos escuchar consejos, advertencias, pero nunca dejarnos influenciar por la forma de pensar que tengan otros.
Eso es algo que nunca nos podrán arrebatar: nuestra manera de ver las cosas.
En el instituto nos enseñan cultura, historia, idiomas... Pero no nos enseñan cómo será la vida cuando seamos adultos. Nuestros padres nos repiten constantemente que si no vamos por el camino correcto aprenderemos a base de palos. Pero, ¿cuál es el camino correcto? ¿A caso lo es seguir sus mismos pasos o crear nuestro propio camino? Para que existan aciertos alguna vez nos tendremos que equivocar. ¿Es tan malo eso? ¿Por qué la gente tiene tanto miedo a equivocarse?
La vida está creada para equivocarse, pero yo no lo llamaría aprender a base de palos, sino que es como probar diferentes caminos y elegir el que creas que es el mejor.
   -M

lunes, 14 de octubre de 2013

¿SOY LA DUEÑA DE MI VIDA?

La verdad es que no sabría muy bien cómo responder a esta pregunta. Supongo que la respuesta sería que no soy libre de elegir lo que quiero.
Muchas personas eligen por mí con la excusa de decir que es lo mejor para mí, pero no estoy segura de eso. No siempre tomaré la mejor decisión, pero sí pensaré que es la más adecuada.
Me gustaría equivocarme por mí misma y no por las elecciones que otros tomen sobre mí.
Creo que lo mejor para crecer como persona es aprender de tus propios errores y no intentar ser como otra persona, porque nunca seremos así. La única persona que podemos ser somos nosotros mismos, porque como tú mismo nadie te conoce y por eso somos únicos.
Los grandes errores te hacen crecer, incluso las personas te hacen cambiar sobre tus prioridades de elección.
En realidad todas las personas queremos ser libres para poder hacer lo que queremos, pero cuando hacemos algo mal, tengamos la edad que sea, desearíamos tener a una persona que nos protegiera de las consecuencias de ese mal acto. Y es algo normal porque a todos nos gusta el lado bueno de las cosas.
Aunque antes he dicho que me gustaría elegir por mí misma, otra parte de mí desearía tener a una persona conmigo que me aconsejara lo que hacer y que estuviera junto a mi cuando hiciese las cosas mal y, visto desde otro punto de vista, en ese caso, no seria libre porque mi libertad de decisión estaría sometida a otra valoración que no fuera la mía, pero eso no me importaría porque tendría a alguien que me apoyara pase lo que pase y piense lo que piense.
Creo que todas las personas tienen ese vacío en su corazón, pero que, en realidad, es un vacío inexistente porque no puedes echar de menos lo que nunca has tenido.
La vida es una lucha contínua entre lo que deseamos y lo que debemos hacer.
   -M

viernes, 11 de octubre de 2013

UNA PESADILLA CONVERTIDA EN REALIDAD

Las personas como yo estamos marcadas para toda la vida.
A partir de ese momento, para bien o para mal, cambiamos...
Nunca volvemos a ser los mismos.
En mi caso: Estuve pérdida mucho tiempo, de hecho llevo perdida 9 años.
Necesito apoyo que nunca llegará, consejos que nunca escucharé y momentos que nunca viviré.
Apenas me acuerdo de su presencia, de su forma de ser, de su olor, de su voz...
Es triste olvidar a alguien al que has amado con todo tu corazón. A veces sueño con él y por unos instantes imagino que sigue conmigo.
Me castigo pensando en cómo sería mi vida ahora si estuviera aquí : si fuera mejor persona, peor, si no hiciera las cosas que hago, si no me sentiría como me siento ahora. Supongo que seria una persona completamente distinta, pero eso nunca lo podré saber.
Mi martirio es no recordar la última vez que le ví, la última conversación que tuvimos.
Nunca llegaré a comprender cómo se puede ser tan fuerte como para poder suplantar a una persona por otra. Una persona nueva que nunca podrás llegar a amar tanto como a la otra.
No estoy segura de si esa desgracia cambio mi vida. Creo que los acontecimientos que vinieron acompañados fueron los que la cambiaron. Aquella niña que soñaba con princesas atrapadas en castillso y custodiadas por dragones ya no está. En su lugar hay un intento de mujer que busca su sitio en el mundo, sin mucho éxito, pero que no se cansa de intentarlo.
No puedo hacer nada para remediar lo que paso, ni siquiera sé si lo tengo superado o sigo pensando con que cada vez que llegaré a mi casa él estará ahí, sentado en el sofá y sonrriéndome.
 
   -M

jueves, 10 de octubre de 2013

FELICIDAD

La FELICIDAD, esa sensación tan preciada y admirada por todo el mundo, pero a la vez tan echada en falta por otros muchos. Pero... ¿Qué es la felicidad? Podría definirse como el estado de ánimo que proporciona el haber llegado a tus propias metas, ya sean simples como las de un día a día, o complejas, como planes de futuro. El simple hecho de que te salude la persona que te gusta provoca en ti una felicidad momentánea, la cual te lleva a estar positivo en todo y con todos los que te rodean. En ese momento, justo en ese instante, cualquier problema tiene su sencilla solución, en tu cuerpo rebosa lo positivo, y como no, el optimismo. Pero... ¿Y si me giro justo después de saludarla y la veo abrazar a su gran amor, el cual no soy yo...? ¿Cual es esa maldita sensación que entra de repente en mi? Es un círculo vicioso; los problemas aumentan su tamaño considerablemente..., el malhumor se va apoderando de ti..., en tu cuerpo rebosa lo negativo... ¿optimismo? y una mierda. Este sencillo ejemplo sin importancia alguna de un día a día, al igual que otros muchísimos, demuestra lo FRÁGIL que puede llegar a ser eso a lo que llamamos... FELICIDAD. Pero... ¿Y si hablamos de metas incalcanzables? Millones de personas no están satisfechas con lo que han hecho, han estudiado o han logrado en su vida. Muchos no se sienten realizados, y no solo profesionalmente, sino como padres, como hijos... Este tipo de felicidad no conseguida a causa de estas carencias provoca un estado de ánimo permanente en la persona, donde caracteriza su mal genio..., su escaso optimismo frente a los problemas que tienen, y los que le quedan por venir... ¿Siguen en busca de felicidad? Bajo mi punto de vista, están condicionados a un tipo de felicidad que solo se gana en el día a día.
Yo personalmente sumaría también a esto de la FELICIDAD o INFELICIDAD las desgracias que pueden llegar a tu vida de la noche a la mañana, ya sea una enfermedad, la muerte de una persona querida...
Desgraciadamente existen, y no llegan a tu vida paulatinamente, sino que marcan un antes y un después. Sinceramente, las sensaciones que llegan a tu vida tras esto no son muy buenas, mayormente malas, muy malas. La única solución que queda disponible es vencerlas por muy duro que parezca, ya que como bien hemos dicho, alcanzarla o no esta en tu mano.

La FELICIDAD, ya sea momentánea o no, está detrás de cada meta, cada momento, y solo tu podrás alcanzarlas o no... eso está en tu mano... y en el destino.

Y nunca podrás alcanzarla si no te encuentras bien contigo mismo, importantísimo.


-A



miércoles, 9 de octubre de 2013

MIEDO

Me encuentro en una etapa complicada de mi vida, en la cual no sé diferenciar las cosas que están bien o mal.
Intento seguir las indicaciones que me dan, que me ayudan a seguir por la dirección correcta, pero cuestiono todo lo que me rodea. Cuestiono a mis amigos, a mi familia e incluso mis decisiones.
No sé lo que pensar, lo que creer, en quién confiar...
Me encuentro sola en un mar de dudas que nadie comprende.
Todo el mundo intenta ayudarte, opinando sobre lo que ellos piensan que es mejor que haga. Pero, ¿cómo saber si eso está bien? ¿Qué debo hacer?
¿Debería creer en lo que yo creo que es correcto?¿O debería dejar que otros tomaran las decisiones que guiarán mis pasos?
Esto se define como miedo: Miedo a fallarles a aquellos que confían en mí, miedo a decepcionarles, miedo a no poder confiar en mí por el simple hecho de que otros no lo hacen.
¿Verdaderamente confían en mí? ¿Creen que lo hago bien?
Intento ser fuerte y recapacitar sobre mis errores, pero las circunstancias no están a mi favor.
¿Cómo creer en mí cuando nadie más lo hace? Cuando todos piensan que te equivocas, cuando hago cosas que no debería.
Cuando me hago daño a mí misma para que los demás estén contentos, ¿eso es ir por el buen camino?
A veces callar no es siempre la solución. El problema sigue ahí, aunque mire para otro lado, seguirá estando ahí.
¿Por qué no aceptarme como soy?
"Yo soy yo y mis circunstancias": Yo soy mi pasado, mi presente y mi futuro.
   -M